El Perú está sumamente atrasado y su población es fundamentalmente pobre, es verdad. Ello plantea ciertos retos urgentes, si queremos algún día salir del círculo de la pobreza. Pensar en que el profesor tradicional (además, mal capacitado), con los medios tradicionales y en un determinado período de tiempo, logrará sacarnos de este hoyo, es un absurdo.
La distancia, cada segundo que pasa, es más grande. La brecha digital, de la que somos concientes todos los que trabajamos en este campo, es cada vez mayor. Nuestros analfabetos están elevando al cuadrado su analfabetismo. No solamente no saben leer, sino que no saben usar las TIC. ¿Cómo acabar con ello? ¿Cómo cerrar este abismo?
Rompiendo paradigmas. Ese es el valor de la propuesta de Negroponte. No se trata de empezar con el lápiz, el cuaderno, la pizarra, la tiza y el borrador en nuestras escuelitas de la sierra. Se trata de que todos pensemos que el medio más eficaz para el desarrollo del proceso de enseñanza / aprendizaje es o podría ser una Laptop, puesta en manos de un niño que jamás pisará una biblioteca, que nunca podrá comprar una novela de Vargas Llosa para engrosar su colección de libros, y que no tendrá otra forma para relacionarse con la música mp3 o las fotos y videos digitales, que esta. Un niño que podrá hablar con otro en los lugares más remotos del orbe. Entonces se interesará y aprenderá a leer, a escribir, a llamar, a guardar, a borrar, a comprimir, a enviar, a pintar, a diagramar…
Darle una Laptop a cada niño de estos, es darle una oportunidad de saltar la brecha, por encima de la incapacidad de sus maestros, de los políticos, y de Microsoft o de IBM.
Una Laptop para cada niño, no es la panacea que habrá de salvar al mundo, pero si puede ser el inicio de una verdadera revolución, que llevará el conocimiento a los más recónditos lugares, brindando la posibilidad de expresarse y de contactarse con el mundo a niños y jóvenes que de otro modo pasarán totalmente inadvertidos como un número más en la estadística de la pobreza.
Todo esto sólo será posible, si cambiamos de actitud, si nos despojamos de nuestros prejuicios y empezamos a pensar las cosas de otro modo, dejando de sujetarnos a viejos y ya superados moldes. El mundo actual es digital y todos deben tener la misma oportunidad de acceder a él.
No quiera usted saber lo que ocurrirá con nuestros niños y jóvenes de clase media, cuando todos tengan su Laptop en su mochila y se desechen los antiguos y arcaicos salones de cómputo. Esas Laptops serán para esta generación de fines de la primera década del siglo XXI, lo que fue para muchos de nosotros la radio plástica a transistores que cabía en el bolsillo de una camisa, con el que escuchábamos el fútbol a mediados de los sesentas.
El futuro me entusiasma y será esperanzador, si nos sacudimos de nuestras taras, prejuicios y viejas ataduras. Hay que acabar con los antiguos paradigmas: No al lápiz, no al borrador, no a la tiza. Y, por supuesto, NO a Windows, NO a Microsoft y NO a Office…¡qué disparate!. El mundo es y será cada vez más GNU.
La distancia, cada segundo que pasa, es más grande. La brecha digital, de la que somos concientes todos los que trabajamos en este campo, es cada vez mayor. Nuestros analfabetos están elevando al cuadrado su analfabetismo. No solamente no saben leer, sino que no saben usar las TIC. ¿Cómo acabar con ello? ¿Cómo cerrar este abismo?
Rompiendo paradigmas. Ese es el valor de la propuesta de Negroponte. No se trata de empezar con el lápiz, el cuaderno, la pizarra, la tiza y el borrador en nuestras escuelitas de la sierra. Se trata de que todos pensemos que el medio más eficaz para el desarrollo del proceso de enseñanza / aprendizaje es o podría ser una Laptop, puesta en manos de un niño que jamás pisará una biblioteca, que nunca podrá comprar una novela de Vargas Llosa para engrosar su colección de libros, y que no tendrá otra forma para relacionarse con la música mp3 o las fotos y videos digitales, que esta. Un niño que podrá hablar con otro en los lugares más remotos del orbe. Entonces se interesará y aprenderá a leer, a escribir, a llamar, a guardar, a borrar, a comprimir, a enviar, a pintar, a diagramar…
Darle una Laptop a cada niño de estos, es darle una oportunidad de saltar la brecha, por encima de la incapacidad de sus maestros, de los políticos, y de Microsoft o de IBM.
Una Laptop para cada niño, no es la panacea que habrá de salvar al mundo, pero si puede ser el inicio de una verdadera revolución, que llevará el conocimiento a los más recónditos lugares, brindando la posibilidad de expresarse y de contactarse con el mundo a niños y jóvenes que de otro modo pasarán totalmente inadvertidos como un número más en la estadística de la pobreza.
Todo esto sólo será posible, si cambiamos de actitud, si nos despojamos de nuestros prejuicios y empezamos a pensar las cosas de otro modo, dejando de sujetarnos a viejos y ya superados moldes. El mundo actual es digital y todos deben tener la misma oportunidad de acceder a él.
No quiera usted saber lo que ocurrirá con nuestros niños y jóvenes de clase media, cuando todos tengan su Laptop en su mochila y se desechen los antiguos y arcaicos salones de cómputo. Esas Laptops serán para esta generación de fines de la primera década del siglo XXI, lo que fue para muchos de nosotros la radio plástica a transistores que cabía en el bolsillo de una camisa, con el que escuchábamos el fútbol a mediados de los sesentas.
El futuro me entusiasma y será esperanzador, si nos sacudimos de nuestras taras, prejuicios y viejas ataduras. Hay que acabar con los antiguos paradigmas: No al lápiz, no al borrador, no a la tiza. Y, por supuesto, NO a Windows, NO a Microsoft y NO a Office…¡qué disparate!. El mundo es y será cada vez más GNU.
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